Mi MoMento.
Este es mi segundo año en la Asociación de vecinos de El Salvador. Allí imparto clases grupales. Esta historia empezó con incertidumbre y nervios.
Mandé correos a todas las asociaciones de vecinos de Segovia ofreciendo mis servicios con la esperanza de que alguien los necesitara. Sin embargo, no recibí respuesta. Estaba un poco triste porque no encontraba un espacio en el que poder dar clases, con el final de la temporada cerca, hacía cada vez más difícil comenzar el curso siguiente. Pero un día sonó mi teléfono y al contestar, apareció una sonrisa en mi cara. Me llamaron porque necesitaban a alguien para dar pilates y yoga, puesto que contaban con gimnasia de mantenimiento. Por supuesto les dije que quedábamos para hablar.
Estaba feliz porque, como ya te he contado en la historia anterior, llevaba sin trabajar un año y esto era lo que necesitaba, empezar a dar clases presenciales, compartir tiempo con la gente y disfrutar de lo que más me gusta.
Nos reunimos y descubrí que querían que diera las clases para personas mayores. Yo encantada porque era el grupo con el que había estado trabajando en Alicante, y me siento muy cómoda con ellos. Hablamos de horarios, condiciones, espacio,... y la verdad es que me parecía todo estupendo. Pero, como todos los comienzos, estaba nerviosa y con las dudas de si saldría bien o no.
Propuse una reunión con las personas que estaban interesadas para contarles mi forma de trabajar, los objetivos y resolver sus dudas. Fue un acierto el juntarnos un ratito y charlas, ponernos cara y tener un trato cercano antes de empezar.
La verdad es que estoy muy agradecida porque comenzamos con un grupo de 15 personas un día a la semana y ya somos más de 40 en cuatro horarios distintos. Son grupos encantadores, divertidos, que trabajan y lo dan todo en cada clase. Soy muy afortunada y ellos han hecho que de forma a mis sesiones y haya creado mi propia clase. Mi MoMento, con esas tres M mayúsculas que representan a ese Método Menudo Movimiento, en el que lo importante eres tú, ese momento real que te dedicas durante una hora, con bailes, entrenamiento, relajación y masaje, y sobretodo risas. Seguimos creciendo y disfrutando. Muchas gracias por todo.
Si te apetece conocernos, puedes venir a probar una clase. Encantada de conocerte.
Te deseo un bonito día. Gracias por regalarme un ratito de tu tiempo.
Hablamos
Vuelta a casa
Llevaba fuera de mi casa, de mi Segovia natal, casi 20 años y volvimos. Volvimos por tener un lugar en el que nuestros hijos sembraran sus semillas para que crecieran raíces, como las nuestras.
El año 2021 fue un año de transición, de grandes cambios familiares y profesionales. Mi ciudad, mi gente de toda la vida, y no sabía por donde empezar, laboralmente hablando. Sin clases presenciales, sin proyectos claros y sin saber las necesidades de las personas que vivían aquí, me sentía perdida.
Soy una mujer muy inquieta y necesito actividad, necesito moverme y compartir con los demás. No podía quedarme esperando a que llegaran las ofertas de trabajo a casa, nunca lo he hecho, y no iba a empezar en ese momento; así que mi mente empezó a crear ideas, infinidad de ellas, que llegaban a algún lugar o se quedaban en el camino. Era complicado organizarlas y priorizar aquellas que fueran más asequibles o importantes.
Tenía que sacar mi energía por alguna parte y la volqué en un proyecto que llevaba conmigo desde hacía mucho tiempo, allá por el año 2015. El poder hacer pilates con los más pequeños, con los niños y niñas en la escuela y fuera de ella, fue el foco para que mi vida laboral, en mi querida Segovia, empezara a tener sentido.
No soy buena con las tecnologías, pero la práctica, el dedicar tiempo a lo nuevo, el querer aprender, el probar y repetir si no te gusta o te has equivocado, el investigar y no tirar la toalla, con muchas lágrimas en los ojos por el miedo y la incertidumbre, fui capaz de dominarlas y de crear mis propias ilustraciones, mi cuento, mis cartas y mis fichas. La ayuda y la confianza de mi familia, de mi compañero de vida que me baja a tierra cuando yo estoy volando y me apoya en mis locuras, hizo que se abriera el camino hacia la luz, volviendo a la vida laboral que tanto me gusta, a compartir mis locuras con los peques, con sus familias, con los docentes,... Y llegaron las clases, con la oportunidad de darlas en la asociación de vecinos de El Salvador, que me han acogido con los brazos abiertos y con los que comparto mi clase "Mi MoMento" que tanto nos gusta.
Por fin, después de tres años me siento feliz en mi ciudad, con mi trabajo que es mi pasión, con mis proyectos, con mi familia y conociendo a gente maravillosa con la que disfruto muchísimo dentro y fuera del trabajo.
El camino ha empezado a ser andado y queda mucho por recorrer. Espero que nos crucemos algún día y que no pare el movimiento.
Te deseo un bonito día. Gracias por regalarme un ratito de tu tiempo.
Hablamos
Caperu, un cuento nuevo.
Erase una vez, una niña llamada Caperu, que no tenía ganas de hacer nada, siempre estaba sentada en el sofá y no tenía relación con nadie. Un día, su madre le pidió que llevara a su abuela unas magdalenas. No importaba lo que tardara, solo que saliera y lo hiciera a su ritmo. Caperu aceptó y salió tranquilamente. Comenzó su camino pero se cansó enseguida, porque siempre estaba parada. Así que se sentó en una piedra. El olor de las magdalenas atrajo a un lobo que estaba por el bosque y se acercó:
"Hola, ¿qué haces aquí? ¡Qué bien huelen esas magdalenas!" Le dijo.
Ella contestó:
"Voy a casa de mi abuela. No me gusta moverme y estaba descansando en la roca"
El lobo le dijo que él disfrutaba mucho corriendo y andando porque descubría cada día cosas diferentes de su bosque, hablaba con otros animales y se divertía con los elementos del lugar como las flores, el agua,... "Te acompaño a casa de tu abuela y te lo enseño", le dijo el lobo. Caperu estuvo de acuerdo y juntos caminaron, corrieron, charlaron y disfrutaron del camino, al ritmo de Caperu para que lo pasara bien y no quisiera volver a casa.
Llegaron a casa de la abuela y compartieron las magdalenas los tres, riendo y contando las experiencias del camino. La abuela estaba encantada de tener visita y de pasar un rato tan agradable en compañía. Volvieron a casa y Caperu se hizo amiga del lobo, Empezó a salir más, a moverse más y también a descansar , compartiendo tiempo con otros animales, amigos y familia.
Descubrió que el movimiento es vida.
Colorín colorado este cuento se ha acabado.
Quería contarte este relato porque me ha encantado. He plasmado la esencia de Menudo Movimiento, mi propia esencia, en un cuento tan popular y conocido como es Caperucita Roja, siendo entrañable y maravilloso. Todo esto viene por una propuesta de Sandra Lázaro (Brand Copywriter) en la formación a la que asistí y me gustó tanto que he decidido que sea mi primera historia de este blog.
Te invito a que me cuentes que te ha parecido en "hablamos" en el que te dejo tres vías de contacto para que elijas la que quieras, me haría mucha ilusión.
Muchas gracias por regalarme un ratito de tu tiempo, y en especial a Sandra por compartir sus conocimientos y animarme a escribir.
Hablamos